El modelo SCOR del Supply Chain Council nos explica que partiendo de la actividad de planear (PLAN) son tres las actividades a través de las cuales los eslabones de una cadena (empresas) se unen entre sí, el procuramiento o el abasto, identificadas como el SOURCE, aportan los insumos al MAKE para que se transformen, modifiquen, ensamblen y generen productos terminados o servicios, éstos entonces podrán ser entregados al cliente (DELIVER).

Siendo entones el DELIVER de mi empresa el punto de contacto con el SOURCE de mi cliente y así sucesivamente, así el DELIVER de mi proveedor se une a nuestra empresa, a través de nuestro SOURCE y se completa la cadena de suministros desde el proveedor del proveedor hasta el cliente de nuestro cliente incluso más allá.

A esta secuencia de actividades inter empresariales, agregaré un elemento que enmarca a todas las actividades y a todos los participantes de la cadena: PEOPLE, que son aquellos que ejecutan las actividades, es decir, vendedor de insumos y el comprador de materiales, el equipo gerencial, el operario que surte las líneas de producción, el ensamblador en la línea de armado o el operador del montacargas que acomoda el producto terminado en la unidad de transporte que lo llevará a donde el cliente, los mandos medios, todos ellos, todos nosotros; justo ahí, es donde ha pegado el COVID-19.

Este virus como cualquier otro, es un ente que transita entre lo que entendemos como “lo vivo y lo muerto”, ha llegado de la nada y aunque el modo de defendernos es tan elemental como lavarnos las manos frecuentemente, tienen una capacidad de infección y letalidad que ha detenido al mundo completo.

Rene SandovalLa soberbia, la prepotencia y la egolatría del ser humano al confiar en el conocimiento alcanzado nos daba la tranquilidad, de estar correctamente preparados ante cualquier pandemia, la realidad ha sido otra. El SARS Cov2 (Covid-19) llega con un mecanismo de infección “novedoso”, nuestro sistema inmune no lo reconoce a tiempo, engaña a la célula, la contamina con su RNA y la convierte en una eficiente fábrica de réplicas de sí mismo, incluso puede acabar con su huésped, aunque conlleve a su propia muerte.

Ahora bien, el SARS Cov2 es también el virus de las Cadenas de Suministros, porque afecta directamente a las personas (PEOPLE) es tal su letalidad, que paralizo la economía, detuvo completamente nuestras actividades, en algunas ciudades incluso, hasta aquellas actividades identificadas como esenciales, fueron “congeladas”, este virus está dañando a las cadenas de suministros en todo el mundo, las contagia, las enferma y a algunas las está matando.

Hemos decidido regresar a la nueva normalidad, pero mientras no exista la vacuna, o el tratamiento médico para una recuperación “rápida” o que las personas desarrollemos inmunidad, el escenario real es que el Covid-19 va a seguir estando presente y seguirá pegando en el PEOPLE del Supply Chain.

Justo aquí nuestro punto de partida. Hablando de resiliencia, claramente el concepto desde mucho antes del Covid había tomado mucha fuerza entre las personas, se ha hablado de casos desafortunados donde una o varias personas, han tenido que enfrentar situaciones adversas, algunas inimaginables, y se nos ha explicado, que existe una fuerza interior que hizo que los personajes se re hicieran, que siguieran adelante, que son personas, que han superado, que se han sobrepuesto a situaciones adversas con un gran dolor emocional.

Pero, y si hablamos de resiliencia empresarial, o de resiliencia de la cadena de suministros, donde encontramos esa fuerza vital que en los seres humanos emerge para que sobresalieran.

No, no está en los activos de la empresa, no está en la maquinaria, no está en los inventarios de producto terminado, no está en elegantes oficinas corporativas, es algo que no se puede comprar, pero tiene un costo.

Y es el costo de mantener la relación laboral con su personal. La pregunta es obvia, ¿cómo mantengo la relación laboral si no hay ventas? si el dinero no fluye, ¿cómo tener un egreso si no hay un ingreso?!

Muchas empresas decidieron cortar a todo su personal, otras reducir el salario, despidos parciales, aun así, en estos meses de confinamiento forzado, las empresas tienen números rojos en el “bottom line” del estado de resultados, se está perdiendo dinero, mucho dinero.

Y la historia aún no termina, ni siquiera podemos decir “que vemos la luz al final del camino”.

Cuando hagamos el recuento de daños y las cadenas de suministros busquen la nueva normalidad en sus interrelaciones empresariales, que va a pasar con aquellos eslabones que no sobrevivieron o que están a punto del colapso, ¿serán rescatados por los otros eslabones, es decir, será que el proveedor rescate a su cliente, o que el cliente decida apoyar a su proveedor para que se levante? ¿habrá resiliencia colaborativa en un marco de integración y recuperación de la cadena de suministros? O…será entonces que quienes están en el SOURCE tratando de encontrar los insumos, al darse cuenta de que uno de los proveedores no está en condiciones de alcanzar el ritmo rápidamente, lo hagan a un lado y vayan con el proveedor alterno o les den entrada a proveedores antes no considerados.

RAPIDA ADAPTACIÓN

Las cadenas de suministros que sobrevivan después del Covid serán aquellas que se adapten rápidamente al nuevo medio ambiente, dejando en el camino aquellos eslabones que no lograron sobrevivir, es decir, la teoría de la selección natural de Darwin parece aplicar en el Supply Chain a más de 145 años de haber sido publicada.

Bien, digamos que, nuestra cadena de suministros está presente en la nueva normalidad, la posibilidad de que las personas (PEOPLE) enfermen de Covid-19 sigue latente, el hecho de rebrotes en alcaldías, ciudades o incluso países existe, por lo tanto, son dos los retos, recuperarnos como empresa y que esto sea con y a través del bienestar de las personas en nuestros equipos.

Como empresa, debemos buscar la manera de regresar a un nivel mínimo de ingresos, pensar en recuperar lo perdido y lograr se supere en 2021. Mientras tanto, debemos darnos cuenta de que la manera en que hacíamos las cosas antes del SARS Cov2 no será la que debemos poner en marcha de nuevo, y claro tenemos la imperiosa necesidad de implementar condiciones de sanidad en los lugares de trabajo, de reducir la densidad humana en ciertas zonas, del uso de alcohol gel, de cubrebocas, de caretas, de sana distancia. Ese gasto, nunca fue considerado en el presupuesto de gastos que se acordó para el 2020, y aun sin ingresos es una condición necesaria para reiniciar actividades.

Claro, no es obligatorio, pero si no lo implementamos, vamos a preferir enfrentar un caso de Covid en nuestros equipos de trabajo, y que nos obligue a poner a todo un equipo, un área, una sección de la fábrica o todas las instalaciones en cuarentena, la respuesta, es simple: No.

Por lo tanto, ahora debemos repensar la manera en que hacemos las cosas y hacerlas de una manera diferente, cómo debe ser ahora nuestra organización, considerar que el uso de herramientas digitales puede ser nuestra ventaja competitiva. No podremos seguir operando como hacíamos antes, deben los “tomadores de decisión” pensar cual será ahora la propuesta de valor a los “nuevos clientes”, es decir, identificar cuáles son ahora los atributos de valor que han de valorar nuestros clientes, por ejemplo, ¿tendrá mi cliente la misma tranquilidad de ir a un espectáculo masivo del cantante de moda que tenía hasta antes del Covid? O más sencillo, para quienes profesan una religión, ¿pondrán en riesgo su salud al asistir a un evento religioso donde las reglas sanitarias son holgadas o inexistentes?

Si, urge levantarnos como empresas, pero debemos de manera muy ágil, con esa energía que se tienen en las empresa emergentes (start up) , procesar la información disponible, tener una oferta de valor que reconozca nuestro cliente, determinar e implementar los cambios en la estructura organizacional, debemos aceptar que hay nuevos modelos de participación de las personas para con la empresa, como el “home office”, y como debemos ahora interactuar como empresa con los demás eslabones de la cadena de suministros.

Además, buscar y tener procesos internos y transversales agiles que generen valor, migrar a esquemas diferentes de hacer negocios, ser industria 4.0, ser empresa 4.0, revisar nuestros buffers (amortiguadores), optimizarlos, gestionarlos para que nos permitan continuidad ante escenarios adversos, como otra pandemia. Contar con fuentes redundantes en el SOURCE, de eficiencia en el MAKE y de alternativas en el DELIVER. Covid impulso el e-commerce varios años para adelante en muchos países y en otros ayudo a identificar nuevas barreras no vistas previamente.

Sin embargo … Esa palabra en ingles de 6 letras (PEOPLE) las personas, está en el ojo del huracán. Es un hecho que todos, en mayor o menor medida somos resilientes, nos vamos sobreponiendo a nosotros mismos, aun sabiendo que el Covid sigue ahí, esperando un descuido de nosotros.

Por lo tanto, las cadenas de suministros, sus eslabones, es decir las empresas que participan en ella, ahora deben enfocarse en desarrollar un ambiente de bienestar para sus empleados, que aporten tranquilidad para cuando se labore en las instalaciones.

Si la empresa protege a sus empleados, se protege a sí misma, los eslabones se fortalecen y la cadena sobrevive. Nadie quiere en la nueva normalidad tener un caso de Covid en los equipos de trabajo, no queremos tener que poner en cuarentena de todas las personas que cohabitaron con la persona enferma y que esto detenga la generación de valor de un centro de trabajo, ni que pensar que esto se escale a otros niveles.

Entonces, si parto del hecho que debemos lograr los resultados con y a través de las personas, habrá que completar nuestra filosofía empresarial, crear nuevos hábitos de trabajo, de convivencia con riesgo reducido de contagio. Debemos repensar y rápidamente adoptar una nueva cultura organizacional que debe, indudablemente partiendo del del conocimiento, del entendimiento y aprendizaje de esta pandemia, tener las medidas de inmediatas ante una eventualidad, de romper los estereotipos y paradigmas de la cultura organizacional previa al Covid, de asegurar el bienestar y la tranquilidad de la personas, para que el elemento (PEOPLE) enfoque su energía a las actividades que generan valor a la empresa, al sentir que son cuidadas y reconocidas por la empresa para la que laboran.
No, no será fácil.

Por: René Sandoval, Director de Supply Chain, México.