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RADIOGRAFÍA A LA ECONOMÍA CHILENA: ¿CUÁNTO LA GOLPEÓ EL CORONAVIRUS?
Según el Fondo Económico Mundial, este año, el país podría registrar una caída de hasta 7,5% en su economía. La pandemia, sin duda, será la gran responsable de la crisis que ya venía gestándose tras el estallido social.
Los efectos de la crisis social que comenzó el 18 de octubre fueron claros: disminuyó la inversión y aumentó el desempleo, especialmente, en el comercio. Pero, el segundo golpe fue más bajo. El mundo se vio afectado por un virus altamente contagioso -que podía provocar severas consecuencias en la salud- y las medidas para enfrentarlo obligaron a muchas pequeñas y medianas empresas a bajar sus cortinas. Asimismo, muchos holdings suspendieron los contratos de sus trabajadores, por lo que la cesantía aumentó aún más.
En este contexto, el subsecretario de Economía y Empresas de Menor Tamaño, Esteban Carrasco, explica que la restricción autoimpuesta de disminuir el desplazamiento e interacción de las personas con el fin de evitar los contagios ha significado una fuerte disminución de la demanda por bienes y servicios, lo que ha provocado una profunda contracción de la actividad económica. “En cuanto a cifras, el Banco Central ha informado que el PIB de la economía chilena el primer trimestre creció 0,4%, sin embargo, el IMACEC de abril cayó 14,1% y el de mayo lo hizo 15,3%. Además, analistas estiman que el IMACEC de junio también bajaría en torno a 15%”, señala.
En tanto, Diego Mora, estratega senior de Mercados de XTB Latam, argumenta que Chile ya venía con un desempleo sobre 7%, luego del estallido social.
“Pero ya en el trimestre móvil de marzo, abril y mayo cerramos con un desempleo de 11,2%, cifra cuestionada aun por grandes bancos como JP Morgan que aseveran que la tasa real de desempleo debiese rondar el 20%. Recordemos que, por temas metodológicos, la tasa de desempleo no incluye personas que estén en cuarentena sin búsqueda activa, por lo que reabriendo el tránsito público existirá una masa de potenciales trabajadores en búsqueda activa, lo que aumentará la tasa de forma inmediata”, afirma.
El panorama es absolutamente atípico, según Alejandro Puente, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Santo Tomás (UST). “El mundo no ha tenido una situación como la actual en más de 100 años, ya que tiene características diferentes a todos los shocks que hemos enfrentado en la economía moderna a escala global. Y por economía moderna me refiero a la economía capitalista o de mercado en la que la mayor parte de la humanidad ha vivido en el último siglo”, detalla.
De hecho, el economista de la UST cree que la crisis subprime fue menos amplia y profunda. “En el caso de Chile, tenemos que retroceder hasta 1982, luego de la quiebra de prácticamente todo el sistema financiero, para encontrar una situación económica peor que la que estamos viviendo en la actualidad”, sostiene Alejandro Puente.
Sin embargo, el subsecretario de Economía, Esteban Carrasco, asegura que esta crisis económica, a diferencia de otras por las que ha atravesado el país, no tiene como fundamento un daño estructural de las variables macroeconómicas (como sucedió en 1982), ni ha sido provocada por una burbuja financiera (como ocurrió en 2008). Tampoco experimentamos la destrucción de la infraestructura física que vimos tras el terremoto de 2010. “En esta ocasión, la infraestructura tanto física como financiera están sanas de Chile, por lo que para que haya recuperación económica, el mayor esfuerzo se debe centrar en reactivar la demanda y la actividad de las personas”, explica la autoridad.
Qué esperar del segundo semestre.
Para la segunda mitad del año, el Gobierno vislumbra al menos dos desafíos: el primero es tratar de mitigar lo más posible los negativos efectos económicos sobre las personas y las empresas; y el segundo sentar las bases para una rápida reactivación de la actividad económica. “Para enfrentar la actual emergencia, como Gobierno hemos dispuesto con absoluto sentido de urgencia una serie de medidas que incluye créditos (como son los FOGAPE, FOGAIN y Crédito Mipyme de Corfo), una inyección directa de recursos para las familias más vulnerables (Bono covid e IFE), la entrega de subsidios de Corfo y Sercotec y capacitaciones en digitalización, entre otras iniciativas”, detalla el subsecretario de Economía.
No obstante, para Cristián León, socio fundador de Contadores Pymes, cuando las ventas están por debajo del 70% en comparación con el año pasado, el camino se ve complicado para los emprendedores. “A pesar de las ayudas contempladas por el gobierno que, desde nuestro puto de vista, no han sido de las mejores, ya que se enfocan en aquellas empresas que mantienen ventas, independiente de la cantidad facturada. Un ejemplo, es la postergación del PPM, pero ¿cuánto puede una pyme “ahorrar” en el pago del PPM, si no mantiene ventas? La respuesta es clara: no tiene beneficios”, señala.
Por eso, el contador auditor cree que el mejor incentivo es crear nuevos escenarios para la proyección de nuevas ventas, como está sucediendo con el ecommerce. “Apostar a que las empresas de ventas de x productos tengan la opción de crear portales de ventas con la tecnología que nos ofrece el mundo. La ayuda en estos tiempos no es significado de postergar, más bien, de generar nuevos mercados”, afirma Cristián León.
El subsecretario de Economía reconoce que los negativos efectos económicos que trae la pandemia los seguiremos viendo durante todo el año. De hecho, recordó que el Banco Central, en su último Informe de Política Monetaria (Ipom), proyectó que el PIB caerá entre 7,5% y 5,5% este año, mientras que Hacienda en su último Informe de Finanzas Públicas (IFP) pronosticó que bajará 6,5%, lo que se suma a la contracción de 7,5% estimada por el Fondo Económico Mundial.
A pesar de ello, la autoridad es optimista frente 2021. “El Banco Central prevé también que la economía chilena irá recuperándose, registrando un crecimiento de entre 4,75% y 6,25% el próximo año. De igual manera, el FMI pronostica un alza de 5%, lo que sustenta que solo requerimos echar a andar la producción nacional a toda máquina para concretar la reactivación económica”, enfatiza.
De todas maneras, predecir lo que ocurrirá en el segundo semestre no es fácil para los mercados. “En la medida que exista un control paulatino del virus y se vuelva a la actividad de consumo, podríamos ver una recuperación vigorosa. En caso contrario, si no se contiene el virus y continúan las cuarentenas, deberemos prolongar la recuperación para el año 2021”, afirma Diego Mora, estratega senior de XTB Latam.
En tanto, el académico de la UST, Alejandro Puente, comenta que la evolución dependerá mucho menos de factores económicos, si se compara la actual crisis con las anteriores. “Depende fundamentalmente de la evolución de la pandemia a escala global y local y hay una gran incertidumbre sobre esto. Esa incertidumbre se traslada a las perspectivas económicas, y tenemos, por ejemplo, que el Banco Central, en su último informe de Política Monetaria amplió el rango de su expectativa de crecimiento para este año, cuando lo usual es que lo reduzca a estas alturas del año”, señala, confiado en las señales de remisión de la pandemia, que permiten pensar que a inicios de agosto podría darse una gradual flexibilización de las restricciones. “Con esa expectativa, me inclino a pensar que la caída del PIB este año estará más cerca de 6% que de 8%”, dice.
¿Qué pasará con el empleo?
En teoría, la ley de protección al empleo debiera evitar la desvinculación de los trabajadores, en empresas que han debido cesar total o parcialmente sus operaciones debido a la cuarentena. En este sentido, la académica de Escuela Derecho de Universidad de Las Américas (UDLA), Karina Piña, cree que, una vez terminada la emergencia sanitaria, las tasas de desempleo aumentarán en un 25% hacia finales de 2020.
Además, vislumbra que muchas empresas no podrán continuar con sus giros y se declararán en insolvencia, poniendo término a sus giros o acogiéndose a medidas de reorganización. “Esto, necesariamente, llevará a que los empleadores deban tomar decisiones tan dramáticas como tener que desvincular a trabajadores que no pudieron despedir antes, por haber suscrito el pacto de suspensión de contratos contemplado en la ley de protección del empleo”, explica.
A la fecha, se han registrado unas 700 mil solicitudes de suspensión de contrato, número que se habría visto afectado por la ley 21.227, publicada el 06 de abril del 2020. Según la abogada Karina Piña, en sus inicios, la norma presentó omisiones o vacíos legales que permitieron que grandes empresas como los retailers hicieran uso de las franquicias otorgadas por la ley sin resquemor.
Pero esto ya no sucederá. “En virtud de la modificación introducida a esta ley, a partir el 01 de junio del 2020, las empresas que se vean afectadas parcialmente, deberán demostrar que han sufrido una merma en sus ingresos por ventas o servicios netos del IVA, en un porcentaje igual o superior al 20% en relación con los ingresos percibidos por el mismo concepto, en igual mes del año anterior”, aclara.
En este aspecto, la académica de la UDLA destaca que empresas como Casa & Ideas optaran por no acogerse a esta ley, debido a sus “amplias convicciones éticas y compromiso para con sus trabajadores”. Por el contrario, la firma administrada por Mauricio Russo asumió la responsabilidad de continuar pagando remuneraciones a pesar de mantener cerradas la totalidad de sus sucursales. “Las empresas de retail, en su mayoría pertenecen a un holding o grupo de empresas de diferentes giros, que constituyen una gran red de negocios que les permiten potenciarse unas con otras, asegurando con ello su sustento económico. Por lo tanto, no se las puede mirar como una sola, ya que detrás hay una gran dirección corporativa que respalda su capital, es decir, no juegan en igualdad de condiciones, si las comparamos con otras empresas que no cuentan con este respaldo”, concluye Karina Piña.